El mercado de fichajes es una de las cosas que más interés despierta en el mundo del fútbol y su seguimiento ha crecido mucho en los últimos años. Sin embargo no todos los fichajes salen como se esperaba y hay multitud de incorporaciones que acaban dándose un batacazo en su nuevo equipo. Hoy en Memorias del Fútbol repasamos los grandes pufos que han pasado por La Liga y recordaremos porque siguen siendo recordados hoy en día como los peores fichajes de la historia.
¡Los Grandes PUFOS de la Liga! ⚽🤣 de Fichaje Estrella a MEME
Pufos imprescindibles
La historia de la Liga está llena de jugadores que vinieron a triunfar pero que, tras unas grandes expectativas, fueron carne de las críticas y burlas de sus propios aficionados. Si hablamos de fichajes malos, se nos pueden venir muchos a la cabeza pero el de Robert Prosinecki siempre está presente en estas listas. El centrocampista croata era la gran estrella del Estrella Roja que había ganado la Copa de Europa en 1991 y Ramón Mendoza logró arrebatárselo al Milan por 450 millones de pesetas.
Parecía que su llegada iba a revolucionar la Liga pero su rendimiento fue lamentable. Las lesiones solo le dejaron jugar 5 partidos en su primer año y acabó marchándose en 1994 sin pena ni gloria.
Su afición al tabaco le costó el apodo de "Winston" porque era el paquete rubio más caro de Europa, y cuando acabó su carrera deportiva protagonizó una serie de anuncios de vehículos profesionales que inmortalizaron aún más su fracaso.
"Prosikito" no fue el último anuncio en el que Renault se acordó de otro "Paquete" y, más tarde homenajearon a Emmanuel Amunike. El nigeriano llegó al Barça en 1997 como revulsivo invernal y acabó siendo bautizado como padre de Luis Enrique (o eso es lo que le cantaban al asturiano en el Bernabéu). Tras jugar 19 partidos y marcar un solo gol se rompió la rodilla y ese fue el inicio de un calvario que duraría 3 años en los que no pudo volver a pisar el césped. En sus 4 temporadas como azulgrana su mejor highlight lo dejó en la celebración de una Liga, cuando nos deleitó con el famoso cántico de "Campeolones, Campeolones..."
En ese mismo vestuario convivió con Winston Bogarde, que aunque también tenía nombre de tabaco no le hizo falta fumar para demostrar que era un paquete. El corpulento defensa holandés vino recomendado por Van Gaal pero su ausencia de cintura y sus calamitosas actuaciones le señalaron como uno de los peores fichajes de la historia del Barcelona.
En esa misma época se estamparon otros futbolistas como Dragan Ciric, apodado como 'la perla de los Balcanes' o el brasileño Rochemback, del que decían que era una mezcla entre Dunga y Guardiola y solo dejó constancia de lo fuerte que le pegaba a la pelota...aunque nunca fuese a portería.
Otro brasileño negado de cara al gol fue Renaldo Lopes de la Cruz, cuya llegada a La Coruña se vendió como la de toda una estrella. El delantero aseguró en su presentación que era una mezcla entre Ronaldo y Rivaldo pero cuando saltó al césped se vio que su juego no se correspondía a las expectativas. Renaldo solo marcó 6 goles en 27 partidos con el Dépor y acabó su carrera sin pena ni gloria en equipos de segunda.
Presentaciones inolvidables
Y es que normalmente lo que mal empieza...mal acaba. Sino que se lo digan al Pato Sosa, que en su primer día con la camiseta del Atlético de Madrid dejó claro el porque de su apodo y de como iba a ser su trayectoria como rojiblanco. El zaragozista Marco Pérez tuvo otra desafortunada puesta en escena en la Romadera y, semanas más tarde, demostró que tenía los pies del revés.
Pero, si hay que recordar una presentación dantesca, esa es sin duda la del búlgaro Zlatko Yankov, que en su primer día como cholchonero dejó claras sus escasas ganas por jugar al fútbol.
Tampoco demostró mucho entusiasmo por este deporte Julian Faubert, que llegó al Real Madrid pasado de peso e incluso llegó a quedarse dormido en un partido de Liga.
Los Fichajes más "Gordos"
Pero si hablamos de jugadores pasados de kilos no podemos olvidar el paso de Antonio Cassano por el Bernabéu. "Talentino" llegó como un Galáctico a la capital de España pero su estricta dieta a base de cruasanes le impidió desarrollar su mejor fútbol. Tampoco andaba sobrado de kilos el colombiano "Tren" Valencia, cuyo sobrepeso y continuas molestias físicas, acabaron sacando de quicio a Jesús Gil.
De la misma nacionalidad y con una fisonomía parecida era Edwing Congo, que llegó al Real Madrid tras la carta de un joven aficionado que escribió al club recomendado su fichaje. Su aportación solo se dejó ver en partidos de pretemporada y tras múltiples cesiones, se marchó del club blanco sin debutar en un partido oficial.
En el Oviedo tuvieron su propia experiencia con Stan Collymore, que en su día fue el fichaje más caro de la Premier pero que en su paso por Asturias solo demostró que tenía hambre de comer comida basura. El inglés solo jugó 71 minutos, no marcó ni un gol y de un día para otro decidió regresar a Inglaterra sin avisar al club.
Defensas en apuros
En el fútbol siempre hubo clases, y están los jugadores que no quieren y los que por razones técnicos o psicológicas...no pueden. En este último caso podríamos mencionar a varios defensas del Real Madrid, que por unas razones o por otras acabaron superados por la presión del Bernabéu:
El yugoslavo Spasic fue la primera víctima del miedo escénico del coliseo blanco, dejando actuaciones para el recuerdo como su autogol ante en el Clásico ante el Barcelona. Más dramático fue la actuación de Ricardo Rocha en la última jornada cuando un gol en propia meta frente al Tenerife le costó una Liga al Real Madrid.
Del portugués Carlos Secretario también se tenían excelentes referencias pero, como había pasado años antes con el brasileño Vitor, acabó sucumbiendo a la presión del feudo madridista.
Años más tarde Jonathan Woodgate se unió a la lista negra de zagueros que fracasaron con la camiseta blanca. El inglés se lesionó nada más llegar y, tras pasar un año en la enfermería, debutó un año más tarde con una actuación para la historia; marcando un gol en propia puerta y siendo expulsado por doble amarilla. El británico costó 20 millones de euros pero solo jugó 10 partidos con la camiseta blanca antes de regresar a Inglaterra.
Porteros y cantantes
En al capítulo de porteros también hay "Pufos" inolvidables como el del alemán Timo Hildebrand, que hizo honor a su nombre y pasó por el Valencia sin pena ni gloria. Tras una infinita ristra de cantadas se vio obligado a regresar a Alemania.
Otro fracaso fue el de Rustu, que llegó al Barça tras gran actuación en el Mundial 2002 y acabó fracasando bajo la portería azulgrana. El ruso Dasaev tampoco cumplió las expectativas en el Sevilla mientras que el argentino Albano Bizarri dejó claro que su nombre estaba relacionado con el de un cantante.
Fichajes impuestos y sospechosos
Pero para ser justos, los malos fichajes no siempre se producen por los errores de los directores deportivos sino que muchas veces vienen impuestos por extrañas circunstancias.
En el Atlético de Madrid todos recuerdan la llegada del costa marfileño Alain Maguy, que llegó al club colchonero por imposición de Jesús Gil y por recomendación del embajador costamarfileño. Pronto se comprobó que el pequeño jugador africano no tenía nivel para jugar en el fútbol europeo y que los 80 millones que se pagaron por él, fueron destinados a pagar favores políticos.
Otro fichaje impuesto por su presidente fue el de Denílson, que llegó al Betis en 1998 por capricho de Don Manuel Ruíz de Lopera. Los verdiblancos se gastaron 30 millones de euros en la incorporación del brasileño y su llegada provocó la dimisión de Luis Aragonés, que no había solicitado su fichaje. Finalmente el rendimiento de Denílson estuvo muy por debajo de lo esperado y tras 7 temporadas y 207 partidos, solo pudo aportar 15 goles.
El caso de Chygrynskiy fue todo lo contrario ya que vino a solicitud de un Guardiola que se enamoró de su juego al enfrentar al Shakhtar en la Champions. El Barça pagó 25 millones por él pero el nivel del central ucraniano nunca estuvo a la altura. Tal fue el fracaso, que Chygrynskiy acabó siendo revendido a su equipo de origen por 10 kilos menos. Sin duda, un negocio pésimo.
Pero si hay dos fichajes extraños en Barcelona fueron los de Henrique y Keirrison, dos futbolistas brasileños que nunca jugaron con el Barça y por los que los culés pagaron 22 millones de euros. Da que pensar y mal pero hoy no hemos venido hablar de ese tipo de pufos...